El Gran Premio de Hungría será el último antes del parón que harán todos los equipos para disfrutar de unas merecidas vacaciones. Las fábricas también tendrán que cerrar durante dos semanas, tiempo que aprovecharán todos para olvidarse por unos días del estresante mundo de la Fórmula 1. Pero antes tendrán que disputar la carrera magiar, un clásico de los últimos años. Con las distancias tan mínimas que estamos viendo entre unos y otros, puede ser clave para el devenir del Campeonato.
Circuito de Hungría
Hungaroring fue originaralmente una pista para motociclismo y de ahí que resulte un trazado complejo para los monoplazas. La estrechez de la pista en algunos puntos dificulta no solo los adelantamientos sino también algunos giros. De esta manera, la clasificación resulta determinante, junto con la estrategia de carrera, que a partir de ahora será aún más importante al haber reducido la FIA la velocidad en boxes a 80 km/h.
Superado el final de la corta recta de salida, se llega a la primera curva, una horquilla en bajada. Aunque se llega a este punto en sexta, a algo más de 290 km/h, se frena hasta reducir a segunda y se vuelve a acelerar a la salida, hasta llegar a cuarta para frontar la curva siguiente, otra horquilla hacia la izquierda que se toma en segunda. A la salida de ésta, una larga curva que se ataca en tercera conduce al cuarto giro. De nuevo a la salida, se debe recuperar la máxima tracción posible para llegar a la siguiente curva, que se abre a la derecha. Se acelera entonces hasta sexta y, en un giro a la izquierda, se reduce a cuarta para tomar la curva a 220 km/h. Se trata de una curva ciega que conduce a la curva 5, una horquilla que se toma en tercera. Una pequeña curva conduce a una chicane formada por las curvas 6 y 7, que se toman a 90 km/h. A la salida se acelera hasta la curva 8, que se supera en tercera, pero, en la siguiente curva, se debe reducir hasta segunda para tomarla a 90 km/h.
La décima curva une dos rectas cortas en las que los monoplazas alcanzan de nuevo velocidades superiores a los 200 km/h. La curva 11 es un giro abierto a la derecha que permite no reducir marchas y virar en cuarta para atacar otra recta de media distancia. De esta manera se podrá trazar la curva 12 a 210 km/h. La 13ª curva es un viraje abierto donde se suele sufrir subviraje, por lo que se reduce a segunda y se traza a 90 km/h. La última curva del circuito es una horquilla que conduce a la recta de tribuna que se toma a 130 km/h, en tercera.
Zonas de DRS
El circuito de Hungaroring no se caracteriza por tener largas rectas que ayuden a la activación doble del DRS, pero aún así la FIA ha decidido establecer dos zonas para esta carrera. Eso sí, sólo habrá un único punto de detección. Estará situado a la entrada de la última curva, por lo que los pilotos deberán pegarse a sus rivales todo lo posible a la salida de la curva 13 si quieren disfrutar de la doble zona de activación. La primera estará situada a lo largo de toda la recta de meta, la más larga del circuito. La segunda está ubicada a la salida de la curva 1, una zona algo complicada por no ser una recta como tal. La ventaja para el piloto que adelante en la primera zona radica en que podrá utilizar la segunda para alejarse del piloto que acaba de adelantar. En un circuito en el que es tan difícil adelantar, puede ser clave.
Neumáticos
Pirelli ha decidido traer a la pista magiar los compuestos blando y medio, marcados por letras amarillas y blancas, respectivamente. No se esperan temperaturas tan altas como las que vimos el pasado fin de semana en Alemania, pero los neumáticos tienen que soportar una serie de curvas ininterrumpidas que hace que sea difícil. La estrategia, en un Gran Premio con, generalmente, pocos adelantamientos, se antoja clave, por lo que todos los pilotos deberán poner especial atención en ella si quieren sacar un buen resultado en la última carrera antes del parón veraniego.
Previsión del tiempo
La lluvia no suele aparecer en el Gran Premio de Hungría, aunque es imposible no acordarse de la edición de 2006, una de las más bonitas de los últimos años. Este fin de semana podríamos ver algo parecido si se confirman las previsiones, dado que se espera que caiga agua al menos en 2 de los 3 días que dura el evento. El viernes se esperan unas temperaturas que ronden entre los 18ºC y los 24ºC, sin probabilidad de lluvia en ninguna de las dos sesiones de libres. El sábado subirán ligeramente las temperaturas y se situarán entre los 20ºC y los 25ºC, con un 15% de probabilidad de lluvia a la hora de la Clasificación. El panorama será prácticamente calcado el día de la carrera, pero sube notablemente la posibilidad de que llueva para el inicio de la misma. Las temperaturas oscilarán entre los 20ºC y los 23ºC, con un 97% de probabilidad de lluvia.
Carlos @Motores_F1
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